‘ENTREPIEDRAS’. MATERA Y BLANCA A TRAVÉS DE LA MIRADA DE PEDRO CANO

El museo celebró su décimo aniversario con una nueva exposición del pintor blanqueño. ‘Entrepiedras. Blanca y Matera’ es una muestra que recorre las calles y rincones de estos dos lugares tan importantes para Pedro Cano.

La exposición recoge una serie de grandes y pequeñas acuarelas de distintos periodos que Pedro Cano ha dedicado a dos lugares del sur de Europa vinculados por la naturaleza que los rodea. Aunque la mayor parte de las obras están realizada con acuarela, los visitantes podrán disfrutar de obras de técnica mixta. El nombre de la exposición se debe a que ambas ciudades han crecido entre piedras.

El pintor ha querido realizar un diálogo entre ambos lugares. Blanca es su pueblo natal. Una pequeña ciudad que nació al amparo de un castillo. Durante siglos han vivido dentro de la tierra, en “casones”. Con Matera ocurre algo similar. Pedro Cano está muy ligado a esta ciudad donde desde hace años viene realizando exposiciones y cursos de acuarela.

“Cuando llegué a Italia no conocía esta ciudad. Vi un póster grande que decía ‘Matera’ y pregunté dónde estaba. Me dijeron que al sur y quise conocerla. La ciudad ha tenido momentos de gran esplendor, pero también ha sido muy castigada. Matera tiene una singularidad tremenda.”

LA EXPOSICIÓN

El recorrido de la muestra comienza con unas vitrinas en las que se muestran, por un lado, cuatro cuadernos de Matera realizados en sus cursos de acuarela, con diferentes puntos de vista de la ciudad, y una agenda personal abierta que nos da a conocer uno de los proyectos previos de la obra fragmentada de Matera. Y, por otro lado, nos encontramos con dos cuadernos de Blanca, uno de ellos con su singular Peña Negra, y una agenda personal que también nos presenta el boceto previo a la obra fragmentada de Blanca.

Avanzando en la exposición, en uno de los cubos nos encontramos con las obras “Fragmentos de Matera” (2018) y “Fragmentos de Blanca” (2019), dispuestas una junto a la otra y jugando con el espacio. Los fragmentos  de papel se disponen uno a uno para formar la imagen, el paisaje de ambos lugares desde un punto de vista muy conceptual. Cada papel utilizado para estas obras es distinto. En contraposición a estas obras fragmentadas, en las paredes laterales encontramos dos acuarelas de gran formato. A la derecha Matera, con su singular paisaje, y a la izquierda Blanca, coronada por el castillo. El dinamismo de la disposición de las obras ha sido muy importante para Pedro Cano en su intento de que ambos lugares dialoguen y se complementen entre sí.

“En las partes bajas de las obras Fragmentos casi no hay signo de figuración. Simples manchas de color que unidas entre sí generan por completo la imagen deseada.”

Matera

Frente a estas primeras obras, continuamos la visita transitando rincones de Matera. Seis acuarelas de gran formato nos llevan a conocer los desniveles espaciales de las sólidas construcciones de esta ciudad tan singular. Las casas se disponen unas sobre otras. Pedro Cano representa aquí el espíritu de la zona más antigua de la ciudad y descubre lugares abandonados que encierran miles de historias. El artista realiza acuarelas con mucho color y otras que son completamente monocromáticas.

Seguidamente nos encontramos con una serie de pequeñas acuarelas, que se nos presenta en forma de friso, en la que podemos contemplar diferentes lugares de Matera con tonalidades completamente distintas entre ellas.

Avanzamos en la exposición y nos detenemos en las paredes de fondo negro de la sala. En la pared de la derecha, Pedro Cano concluye sus obras dedicadas a Matera con doce acuarelas (50 x 70 cm) en las que el colorido y la utilización de luces y sombras referencian la poética de la ciudad.

Blanca

En contraposición al color y variedad de perspectivas de Matera, frente a esta pared nos encontramos con dos de las obras más antiguas que componen la exposición. Dos obras dedicadas a Blanca. La Peña Negra (2002) está realizada con técnica mixta: acuarela, témpera, lápiz de color… Esta obra contrasta con la pieza que está sobre ella. Blanca (2002) está realizada completamente en acuarela.

Continuando con obras dedicadas a Blanca, la serie “El río” se compone de obras de pequeño formato y están realizadas con un papel diferente al que utiliza Pedro normalmente. La serie consta de veinte obras sobre el río Segura a su paso por Blanca y en la muestra se distribuyen en dos filas dispuestas horizontalmente, una sobre otra. En cuanto a la técnica utilizada en estas obras, como bien dice el propio pintor, “el trabajo del río está realizado con todo lo que pescaba”. No sólo emplea acuarela, sino que también hay obras en las que aplica colores y sombras con lápices, témperas, etc.

En ellas vemos el arenal, el Solvente, las cuevas, el puente, la revuelta de las canales… rincones de Blanca bajo la atenta mirada de Pedro.

Llegamos al final de la muestra con once trabajos que el pintor dedica a Blanca y su castillo. La serie Blanca (2019-2020) consta de doce grandes acuarelas (una de ellas se exhibe junto a Fragmentos de Blanca). Acuarelas completamente diferentes entre sí, pero con un mismo significado. Imágenes de Blanca desde diferentes puntos de vista, pero siempre con la imagen del castillo y la fuerza de la roca como protagonistas de esta serie.

“Estas acuarelas están tratadas con mucho cariño. Mi pueblo es tan bonito que da muchas posibilidades para trabajar en diferentes horas del día”

Pedro Cano, a través del pincel, nos acerca a las luces y sombras que generan las puestas de sol sobre la roca y las calles de su pueblo.

“No tengo nunca un esquema claro de lo que voy a realizar. Nunca se sabe lo que va a pasar en una de mis obras”

La atmósfera que se genera en esta obra, ese polvo anaranjado que alguna vez se puede apreciar en el aire. Lo difícil es diferenciar el tono del cielo del color que genera esa bruma en la montaña y en los casones. Todas las casas del primer plano, en la zona inferior de la obra, están trabajadas con muchísima atención. Intenta darle autenticidad a todos los recovecos de los casones. Minuciosidad en los detalles.

Todas estas obras dialogan entre ellas, se complementan unas con otras.

Pedro Cano nos presenta un recorrido poético por las formas y colores de estos dos lugares tan entrañables para él. Matera y Blanca parecen cortadas por el mismo patrón y, pese a kilómetros de distancia, las muestra aquí unidas en pedazos de papel que podrán contemplarse en la tercera planta de la fundación hasta finales de marzo.

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Fotografías:

Jesús Molina Salinas

Fundación Pedro Cano

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